Hablar, expresarse, desahogarse y gritar no es malo, al contrario, ayuda a que uno se sienta mejor.
Cada cuerpo y cada alma es distinta a las demás, nadie es capaz de saberlo todo sobre su media naranja porque, seamos claros, la media naranja es tan solo una forma de decir "aquel muy parecido" (pero no igual) a ti.
Todos somos todo, juntos, no por separado. Somos como los copos de nieve, diferentes.
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